Impuestos Saludables


El impuesto saludable a las bebidas endulzadas, tiene como fin principal incrementar los precios de estas bebidas para desestimular su consumo que es nocivo para la salud. 

En Colombia, un impuesto del 20% sobre bebidas endulzadas sugeriría una disminución del consumo cercana al 20%, según los  cálculos más recientes del Ministerio de Salud y Protección Social en el año 2016 (Vecino, et al., 2018); y del 32,4% según un estudio conjjunto de la Universidad de Carolina del Norte, la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de los Andes (Caro, et al., 2017). Este impuesto reduciría la prevalencia de sobrepeso cercana de 3,9% y de la obesidad en cerca de 2,1% entre individuos de los estratos socioeconómicos más bajos en Colombia (Vecino, et al., 2018)

El impuesto a las bebidas endulzadas es una medida costo-efectiva porque a la vez que tiene un impacto positivo al reducir el consumo de estas bebidas, genera ingresos fiscales en lugar de implicar costos al sistema de salud (Brownell, et al., 2009).

Cerca de 25 billones de pesos anuales de los recursos en salud se gastan en la atención de enfermedades prevenibles asociadas a una mala alimentación. Específicamente, si no se adoptan medidas para reducir el consumo de bebidas endulzadas, el gasto de atención a diabetes atribuible al consumo de estas bebidas sería cercano a 1,1 billones de pesos a 2020 (Ministerio de Salud y Protección Social, 2016).

El impuesto a las bebidas endulzadas, complementado con la disponibilidad de alimentos saludables, es progresivo no regresivo: permite mejorar la salud y la calidad de vida, ahorrar en costos de atención en salud por enfermedades asociadas a la alimentación no saludable, generar ingresos públicos para la prevención en salud y el acceso a agua potable, especialmente para aquella población más vulnerable. Este impuesto es una medida equitativa para romper las trampas de pobreza que constituyen las enfermedades asociadas a una mala alimentación, que no sólo afectan al enfermo sino a sus cuidadores (Vecino, et al., 2016).

La implementación del impuesto sobre bebidas endulzadas va en la línea con la recomendación de la OCDE como organismo internacional al que Colombia se ha suscrito, frente a fortalecer la financiación del sistema de salud mediante impuestos sobre productos que contribuyen a contraer enfermedades crónicas (OECD, 2015).

El impuesto del 20% sobre bebidas azucaradas (incluyendo bebidas endulzadas) podría generar un recaudo de alrededor de $480 millones de dólares en el próximo año 2020, que equivalen hoy a alrededor de 1,4 billones de pesos colombianos y significarían cerca de un punto porcentual de todo lo que se recaudara por impuestos en el país (Caro, et al., 2017).

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